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Ana, la protagonista, repasa su vida y se la traslada  en una especie de epístola a su hijo. Comienza desde el momento en que crea una familia al casarse, justo al comienzo de la guerra civil, hasta sus  últimos días en que su hijo va a disponer de la casa familiar. Recorre todas esas miserias cotidianas que alteran las relaciones familiares y que son responsables de modificar aquellos primeros objetivos en aras de mantener la paz del hogar, hechos y actitudes que dinamitarán sus ilusiones y que poco a poco irá creciendo la frustración hasta alcanzar la idea sino la certeza de que “tanto esfuerzo no ha servido para nada”.
Relato presentado de una forma prácticamente lineal donde resalta la sinceridad, la dulzura y la amargura de una voz que pretende ser a la vez altavoz de toda una vida y conciencia desgastada y agotada de la propia narradora. Acorralada por un grupo de personajes tradicionales, fácilmente imaginables en cualquier ámbito familiar, que con su comportamiento hipócrita y egoísta van horadando sus fuerzas desgastadas por el esfuerzo continuado que ha requerido una entrega desinteresada para intentar mantener una familia.