
La anciana Tatiana Ivanovna ha dedicado toda su vida a servir a sus señores, los Karin, a quienes ha visto nacer y crecer en la mansión de Sujarevo, en las inmediaciones de Moscú. Cuando la familia se ve obligada a huir por la Revolución de Octubre, la fiel criada termina por reunirse con ellos en París, donde, a pesar de que los Karin han perdido su posición social y su fortuna, continúa a su servicio en el modesto apartamento en que residen.
Es una novela muy pequeña, casi un cuento, pero caben en ella guerras, miedos, ternura, poesía, egoísmos, la vida entera en una gota microscópica de agua.
Ha sido una delicia leerla, os la recomiendo.