
La llave de Sarah narra los hechos acaecidos el 16 de julio de 1942 cuando 13.152 judíos fueron arrancados de sus hogares y conducidos al velódromo de invierno de París y allí, hacinados como bestias para ser conducidos después a los campos de concentración. Lo más duro de este hecho es que fueron los propios franceses, sus propios vecinos, los que delataron a los judíos y luego les detuvieron. Entre los detenidos se encuentra Sarah, una niña de 10 años que es apresada junto a sus padres. Sarah había cerrado con llave el armario oculto en una de las paredes de su casa en el cual se había escondido su hermano pequeño Michel. Sarah llevaba la llave escondida en su bolsillo, para sacar de allí a su hermano cuando ella regresara.
El libro no se detiene en detalles escabrosos, aunque no por ello deja de ser un testimonio de la crueldad nazi.
Años después, en mayo de 2002 Julia Jarmond, una periodista norteamericana afincada en Francia desde hace veinte años, recibe el encargo de preparar un reportaje con ocasión del sexagésimo aniversario de la redada.
Resumiendo: para mí ha sido un libro muy interesante, que te lleva a seguir leyendo página tras página sin querer abandonarlo hasta su desenlace final.