
¡Uno de los paquetes que encontré en mis zapatos fué éste!
Estuve media mañana pasando hojas, y diciendo: ¡éste me encanta! y éste ¿no es precioso?!¡ pues este otro lo voy a empezar enseguida! y es que ya me hubiera puesto a buscar telas en aquel mismo momento, menos mal que alguien muy cercano me dijo: ¡despierta y baja de las nubes, que falta de tomar el roscón!... para mí ese día sobraban los postres, os lo podeis creer.